jueves, 20 de septiembre de 2018

LECTURAS DE LA PRIMERA EVALUACIÓN

Lecturas de la Primera Evaluación.


o   SÓFOCLES, Edipo Rey. Biblioteca virtual universal (web).
Enlace a la lectura Aquí.



o   G.BOCCACCIO,  Decameron: selección de cuentos.



TEMA 1. LITERATURA EN LA ANTIGÜEDAD.

La presentación incluye los siguientes apartados del tema 1:
Literatura griega.
- Aspectos generales.
1. La poesía épica griega.
3. El teatro griego: la tragedia y la comedia.
Literatura romana
-Aspectos generales.
1. Los géneros narrativos: la poesía épica latina y los precedentes de la novela.
2. La lírica latina.
3. El teatro latino.

LA ODISEA

VÍDEO SOBRE SÓFOCLES















RESUMEN Y FRAGMENTO DE LISÍSTRATA, DE ARISTÓFANES

Resumen

Lisístrata, es una mujer ateniense, que harta ya de no ver a su marido, pues este esta siempre en guerras, decide reunir a un grupo de mujeres, de diferentes partes de Grecia. Lisístrata les plantea, que tras mucho cavilar, ha llegado a la solución, de como acabar con la guerra del Peloponeso, y así poder ver a sus maridos; esto es nada más y nada menos, que la abstención sexual. En un primer momento las mujeres se escandalizan, pero tras el paso del tiempo las mujeres aceptan, y pactan un juramento por el que se comprometían a excitar a sus maridos pero no practicar el sexo. Cada mujer se encarga de propagar el juramento por toda su ciudad, así ningún hombre podría satisfacer sus deseos sexuales.
Las mujeres toman la Acrópolis ateniense, donde se encuentra el dinero de la ciudad, así no podría ser usado con fines militares. El coro de ancianos intenta echar a las mujeres de la Acrópolis, manteniendo una lucha verbal, entre los dos coros. Llega un comisario con arqueros, para intentar echar a las mujeres, pero ni aún así lo consiguen. La lucha verbal, pasa a corporal. Algunas mujeres, intentar dejarlo, pues no soportan más, pero Lisístrata las convence para que vuelvan a su puesto, en la Acrópolis.
Los hombres de toda Grecia, andan quejándose pues tienen “inflamada la ingle”.
Finalmente, desde Esparta, vienen unos embajadores para firmar la paz con Atenas, pues el deseo sexual es tan grande, que puede hasta con la guerra. Así cada hombre se va con su mujer, ellas felices por el fin de la guerra, y ellos felices por el apetito sexual.

Fragmento

Lisístrata: ¡Estas mujeres! Las invitas a una bacanal y no se puede ni entrar; vienen todas volando y ¡ala! a tocar el timbal. Pero para esto, en cambio, no se presenta ni una. Calla, que aquí viene la vecina. ¡Buenos días, Kalonike!
Kalonike: Buenos días, Lisístrata. ¿Que pasa, que estas preocupada? ¡Hija, no pongas esta cara! ¡No te favorece nada!
Lisístrata: ¡Es que se me enciende la sangre!¡Damos pena, las mujeres! ¡Para empezar, los hombres nos tienen por unas sinvergüenzas!
Kalonike: ¡Porque lo somos!
Lisístrata: Las convoco por una cuestión de vida o muerte que tenemos que tratar y mira, ellas durmiendo, no aparecen.
Kalonike: Ya vendrán, mujer. ¿No ves que no podemos salir de casa así como así? Tenemos que estar por el marido, por la escalava, cuidar de los niños, hacer la sopa, la colada…
Lisístrata: Sí, ¡pero hay cosas más urgentes y penetrantes!
Kalonike: ¿Cosas penetrantes, dices? ¿Y como son de gordas?
Lisístrata: ¡Uy, muy gordas!
Kalonike: ¡Coño! ¡Y que esperan para venir!
Lisístrata: No, no es lo que imaginas. Ya estarían todas aquí, si fuera eso. No, no. Hace días que me ronda por la cabeza una cosa que me hurga cada noche y me quita el sueño.
Kalonike: ¡Ah, debe ser una cosa fina! ¿Y quieres decir que es por la cabeza por dónde te ronda? ¡Si tanto te hurga!
Lisístrata: ¿Otra vez con eso? Sí, señora, una cosa muy fina. Los hombres son unos bestias. Tendríamos que agarralos y…
Kalonike: ¿Por donde?
[…]
Lisístrata: Es la salvación de Grecia la que proyecto. De las mujeres, sí, de las mujeres depende…
Kalonike: ¡Pues sí que estamos bien!
Lisístrata.- Voy a decíroslo, pues no tiene ya que seguir oculto el asunto. Mujeres, si vamos a obligar a los hombres a hacer la paz, tenemos que abstenernos...
Cleonice.- ¿De qué? Di.
Lisístrata.- ¿Lo vais a hacer?
Cleonice.- Lo haremos, aunque tengamos que morirnos.
Lisístrata.- Pues bien, tenemos que abstenernos del cipote. ¿Por qué os dais la vuelta? ¿Adónde vais? Oye, ¿por qué hacéis muecas con la boca y negáis con la cabeza? ¿Por qué se os cambia el color? ¿Por qué lloráis? ¿Lo vais a hacer o no? ¿Por qué vaciláis?
Cleonice.- Yo no puedo hacerlo, que siga la guerra.
Mírrina.- Ni yo tampoco, por Zeus: que siga la guerra.
Lisístrata.- Y, ¿tú eres la que dice eso, rodaballo? ¡Si hace un momento decías que te dejarías cortar por la mitad!

Cleonice.- Otra cosa, cualquier otra cosa que quieras. Incluso, si hace falta, estoy dispuesta a andar por fuego. Eso antes que el cipote, que no hay nada comparable, Lisístrata guapa.

VÍDEO SOBRE LA ENEIDA






FRAGMENTOS DE LA ENEIDA, DE VIRGILIO

A continuación tenéis varios fragmentos del Libro IV, especie de mini tragedia que cuenta los amores de Dido y Eneas.
Al terminar de escuchar el relato de Eneas, la reina Dido ya se siente fatalmente enamorada. Se avergüenza de ello, porque era una viuda fiel a su antiguo amor.

En tanto la Reina, presa hacía tiempo de grave cuidado, abriga en sus venas la herida del amor y se consume en oculto fuego. Continuamente revuelve en su ánimo el alto valor del héroe y lo ilustre de su linaje; clavadas lleva en el pecho su imagen, sus palabras, y no consigue, con tan honda inquietud, dar a sus miembros apacible sueño. (…)Ya la siguiente aurora iluminaba la tierra y había ahuyentado del polo las húmedas sombras, cuando la delirante Dido habló en estos términos a su hermana, que no tiene con ella más que un alma y una voluntad: "Ana, hermana mía, ¿qué desvelos son estos, que me suspenden y aterran? ¿Quién es este nuevo huésped que ha entrado en nuestra morada? ¡Qué gallarda presencia la suya! ¡Cuán valiente, cuán generoso y esforzado! Creo en verdad, y no es vana ilusión, que es del linaje de los dioses.


Eneas estaba contentísimo en Cartago, pero tenía una misión que cumplir, y Mercurio tiene que ir a recordársela. Siempre dispuesto a obedecer el deseo de Júpiter, que le había repetido por activa y por pasiva que debía llegar a Italia, donde sería fundador de un nuevo reino, Eneas decide abandonar a Dido. Se siente muy triste y apenado, pero prepara sus naves y se dispone a partir " a escondidas".

La misma impía Fama fue quien llevó a la enamorada Dido la nueva de que se estaba armando la escuadra y disponiéndose la partida. Ciega, febril, como bacante enloquecid, recorre la ciudad…Encuentra, en fin, a Eneas y le interpela en estos términos: "¿Esperabas, pérfido, poder ocultarme tan negra maldad y salir furtivamente de mis tierras? Y ¿no te contiene mi amor, ni esta diestra, que te di en otro tiempo, ni la muerte cruel que espera a Dido? 
Vete, no te detengo, ni quiero refutar tus palabras; ve, ve a buscar la Italia en alas de los vientos; ve a buscar un reino cruzando las olas. Yo espero, si algo pueden los piadosos númenes, confío que entre escollos te atormenten, donde llames a Dido en tu agonía. Ausente yo, te seguiré con negros fuegos, y cuando la fría muerte haya desprendido el alma de mis miembros, sombra terrible, me verás siempre a tu lado. Expiarás tu crimen, traidor; yo lo oiré y la fama de tu suplicio llegará hasta mí en el profundo reino de la sombra."
Dicho esto, se interrumpe sin aguardar respuesta, y llena de dolor, se oculta a la luz del día y huye de los ojos de Eneas.
Y mientras Eneas duerme plácidamente en la alta popa del barco que lo llevará a las costas del Lacio, soñando con Mercurio, la desvelada y enloquecida Dido se suicida.
Entre tanto Dido, trémula y arrebatada por su horrible proyecto, revolviendo los sangrientos ojos y jaspeadas las temblorosas mejillas, cubierta ya de mortal palidez, se precipita al interior de su palacio, sube furiosa a lo alto de la pira y desenvaina la espada de Eneas, prenda no destinada ¡ay! a aquel fatal intento. Allí, contemplando las vestiduras troyanas y el conocido tálamo, después de dar algunos momentos al llanto y sus recuerdos, reclinóse en el lecho y prorrumpió en estos postreros acentos: "¡Oh dulces prendas, mientras lo consentían los hados y un dios, recibid esta alma y libertadme de estos crudos afanes!  
Dido y Eneas volverán a verse. Como todo héroe que se precie, Eneas irá al reino de los muertos. Es allí donde su padre vuelve a repetirle su misión divina ( que él acepta con estoicismo: por algo es "el piadoso" Eneas) y le anticipa su glorioso futuro en Italia. Y es allí donde Eneas ve pasar a la hermosa Dido y llora pidiéndole perdón, repitiendo que la ama, pero ella no lo ve, no le responde...

VÍDEO SOBRE LA POESÍA LÍRICA



Aquí podéis leer una edición en castellano de Metamorfosis de Ovidio.


INTRODUCCIÓN A LA LITERATURA UNIVERSAL

https://www.slideshare.net/secret/8NkZwMSGHEb1qj

TEMA 9: NARRATIVA Y TEATRO DEL SIGLO XX

Lee los siguientes fragmentos narrativos e indica qué técnica narrativa se observa: TEXTO A Me gustan las flores quisiera tener la ca...